Hay un documento histórico donde se registra la información de que la iglesia de Nicomedia fue derrumbada, no incendiada, el 23 de febrero del año 303, por órdenes de Diocleciano, pero no se dice nada de las gentes que murieron. Por otra parte, no se celebraba ninguna fiesta de Navidad en Nicomedia en una fecha tan remota como los principios del siglo cuarto. La nota del Martirologio Romano había sido tomada de unas informaciones griegas. Naturalmente que el número de 20.000 es muy exagerado, pero hay suficientes pruebas, tanto en Eusebio (lib. VI, caps. 5-8) como en el breviarium sirio, de que Nicomedia era el centro donde mayor fuerza alcanzó la persecución en el año de 303. Notemos cómo esta a la vez certeza del hecho e incerteza de sus alcances se transforma en la nueva redacción del Martirologio: «Conmemoración de muchos santos mártires de Nicomedia, que en tiempo del emperador Diocleciano, refugiados por montañas y cuevas, con ánimo sereno aceptaron el martirio por el nombre de Cristo».
La tradición sobre los innumerables mártires de Nicomedia está referida en distintos calendarios a diversas fechas del año; posiblemente se ha inscripto el 23 de junio para desvincularla del derrumbe de la iglesia que menciona Butler y acercarla a las noticias que transmite Eusebio de Cesarea.
Noticia tomada en su mayor parte del Butler-Guinea, con las correcciones que exige la nueva redacción del calendario.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI