En Noblac, cerca de Limoges, en Aquitania, san Leonardo, ermitaño.
La primera información sobre su existencia data del siglo XI, en las «historias» de Ademar de Chabannes, escrito alrededor de 1028, donde habla del traslado, en 1017, de sus reliquias. Pocos años después de 1030, se puso en circulación una anónima «Vita Sancti Leonardi», con la descripción de nueve milagros atribuidos a él. Según los estudiosos posteriores de la hagiografía esta 'Vita' es legendaria, pero sigue siendo el más antiguo testimonio, y aun es posible sacar datos de ella.
Leonardo nació en Galia en tiempos del emperador Anastasio I (491-518), sus padres eran nobles francos amigos del rey Clodoveo (481-511), que quiso ser el padrino en el bautismo. De joven se negó a alistarse en el ejército, como era costumbre en los nobles francos, y marchó de discípulo de san Remigio, arzobispo de Reims (438-530), el gran evangelizador de los francos, que había convertido y bautizado el rey Clodoveo. El santo obispo había obtenido del convertido rey el privilegio de poder exigir la liberación de presos, e incluso Leonardo, movido por el gran fervor de la caridad, solicitó y obtuvo el mismo favor, liberando así un gran número de desgraciados prisioneros, víctimas de las bárbaras guerras de aquellos tiempos.
Leer Mas...