Siguiendo las huellas de Jesus
Ministerio Imitando a Jesus
  • Evangelio del Dia
  • Podcast
  • Santoral
  • Eventos
  • About
  • Liturgia de las Horas para los Fieles

San Basilio Magno

1/2/2016

0 Comentarios

 
Imagen
Basilio Magno, Santo
Memoria Litúrgica, 2 de Enero


Fuente: Corazones.org 




Memoria LitúrgicaMartirologio Romano: Memoria de los santos Basilio Magno y Gregorio Nazianceno, obispos y doctores de la Iglesia. Basilio, obispo de Cesarea de Capadocia (hoy en Turquía), apellidado “Magno” por su doctrina y sabiduría, enseñó a los monjes la meditación de la Escritura, el trabajo en la obediencia y la caridad fraterna, ordenando su vida según las reglas que él mismo redactó. Con sus egregios escritos educó a los fieles y brilló por su trabajo pastoral en favor de los pobres y de los enfermos. Falleció el día uno de enero de 379. Gregorio, amigo suyo, fue obispo de Sancina, en Constantinopla y, finalmente, de Nacianzo. Defendió con vehemencia la divinidad del Verbo, mereciendo por ello ser llamado “Teólogo”. La Iglesia se alegra de celebrar conjuntamente la memoria de tan grandes doctores.

Etimológicamente: Basilio = Aquel que es un rey, es de origen griego.

Breve BiografíaBASILIO nació en Cesarea, la capital de Capadocia, en el Asia Menor, a mediados del año 329. Por parte de padre y de madre, descendía de familias cristianas que habían sufrido persecuciones y, entre sus nueve hermanos, figuraron San Gregorio de Nicea, Santa Macrina la Joven y San Pedro de Sebaste. Su padre, San Basilio el Viejo, y su madre, Santa Emelia, poseían vastos terrenos y Basilio pasó su infancia en la casa de campo de su abuela, Santa Macrina, cuyo ejemplo y cuyas enseñanzas nunca olvidó. Inició su educación en Constantinopla y la completó en Atenas. Allá tuvo como compañeros de estudio a San Gregorio Nacianceno, que se convirtió en su amigo inseparable y a Juliano, que más tarde sería el emperador apóstata.

Basilio y Gregorio Nacianceno, los dos jóvenes capadocios, se asociaron con los más selectos talentos contemporáneos y, como lo dice éste último en sus escritos, “sólo conocíamos dos calles en la ciudad: la que conducía a la iglesia y la que nos llevaba a las escuelas”. Tan pronto como Basilio aprendió todo lo que sus maestros podían enseñarle, regresó a Cesárea. Ahí pasó algunos años en la enseñanza de la retórica y, cuando se hallaba en los umbrales de una brillantísima carrera, se sintió impulsado a abandonar el mundo, por consejos de su hermana mayor, Macrina. Esta, luego de haber colaborado activamente en la educación y establecimiento de sus hermanas y hermanos más pequeños, se había retirado con su madre, ya viuda, y otras mujeres, a una de las casas de la familia, en Annesi, sobre el río Iris, para llevar una vida comunitaria.

Fue entonces, al parecer, que Basilio recibió el bautismo y, desde aquel momento, tomó la determinación de servir a Dios dentro de la pobreza evangélica. Comenzó por visitar los principales monasterios de Egipto, Palestina, Siria y Mesopotamia, con el propósito de observar y estudiar la vida religiosa. Al regreso de su extensa gira, se estableció en un paraje agreste y muy hermoso en la región del Ponto, separado de Annesi por el río Iris, y en aquel retiro solitario se entregó a la plegaria y al estudio. Con los discípulos, que no tardaron en agruparse en torno suyo, entre los cuales figuraba su hermano Pedro, formó el primer monasterio que hubo en el Asia Menor, organizó la existencia de los religiosos y enunció los principios que se conservaron a través de los siglos y hasta el presente gobiernan la vida de los monjes en la Iglesia de oriente. San Basilio practicó la vida monástica propiamente dicha durante cinco años solamente, pero en la historia del monaquismo cristiano tiene tanta importancia como el propio San Benito.

Lucha contra la herejía arriana

Por aquella época, la herejía arriana estaba en su apogeo y los emperadores herejes perseguían a los ortodoxos. En el año 363, se convenció a Basilio para que se ordenase diácono y sacerdote en Cesárea; pero inmediatamente, el arzobispo Eusebio tuvo celos de la influencia del santo y éste, para no crear discordias, volvió a retirarse calladamente al Ponto para ayudar en la fundación y dirección de nuevos monasterios. Sin embargo Cesárea lo necesitaba y lo reclamó. Dos años más tarde, San Gregorio Nacianceno, en nombre de la ortodoxia, sacó a Basilio de su retiro para que le ayudase en la defensa de la fe del clero y de las Iglesias. Se llevó a cabo una reconciliación entre Eusebio y Basilio; éste se quedó en Cesárea como el primer auxiliar del arzobispo; en realidad, era él quien gobernaba la Iglesia, pero empleaba su gran tacto para que se diera crédito a Eusebio por todo lo que él realizaba. Durante una época de sequía a la que siguió otra de hambre, Basilio echó mano de todos los bienes de todos los bienes que le había heredado su madre, los vendió y distribuyó el producto entre los más necesitados; mas no se detuvo ahí su caridad, puesto que también organizó un vasto sistema de ayuda, que comprendía a las cocinas ambulantes que él mismo, resguardado con un delantal de manta y cucharón en ristre, conducía por las calles de los barrios más apartados para distribuir alimentos a los pobres.

Obispo de Cesárea

El año de 370 murió Eusebio y, a pesar de la oposición que se puso de manifiesto en algunos poderosos círculos, Basilio fue elegido para ocupar la sede arzobispal vacante. El 14 de junio tomó posesión, para gran contento de San Atanasio y una contrariedad igualmente grande para Valente, el emperador arriano. El puesto era muy importante y, en el caso de Basilio, muy difícil y erizado de peligros, porque al mismo tiempo que obispo de Cesárea, era exarca del Ponto y metropolitano de cincuenta sufragáneos, muchos de los cuales se habían opuesto a su elección y mantuvieron su hostilidad, hasta que Basilio, a fuerza de paciencia y caridad, se conquistó su confianza y su apoyo.

Antes de cumplirse doce meses del nombramiento de Basilio, el emperador Valente llegó a Cesárea, tras de haber desarrollado en Bitrina y Galacia una implacable campaña de persecuciones. Por delante suyo envió al prefecto Modesto, con la misión de convencer a Basilio para que se sometiera o, por lo menos, accediera a tratar algún compromiso. Varios habían renegado por miedo, pero nuestro santo le respondió:

¿Qué me vas a poder quitar si no tengo ni casas ni bienes, pues todo lo repartí entre los pobres? ¿Acaso me vas a atormentar? Es tan débil mi salud que no resistiré un día de tormentos sin morir y no podrás seguir atormentándome. ¿Qué me vas a desterrar? A cualquier sitio a donde me destierres, allá estará Dios, y donde esté Dios, allí es mi patria, y allí me sentiré contento . . .

El gobernador respondió admirado: “Jamás nadie me había contestado así”. Y Basilio añadió: “Es que jamás te habías encontrado con un obispo”.

El emperador Valente se decidió en favor de exilarlo y se dispuso a firmar el edicto; pero en tres ocasiones sucesivas, la pluma de caña con que iba a hacerlo, se partió en el momento de comenzar a escribir. El emperador quedó sobrecogido de temor ante aquella extraordinaria manifestación, confesó que, muy a su pesar, admiraba la firme determinación de Basilio y, a fin de cuentas, resolvió que, en lo sucesivo, no volvería a intervenir en los asuntos eclesiásticos de Cesárea.

Pero apenas terminada esta desavenencia, el santo quedó envuelto en una nueva lucha, provocada por la división de Capadocia en dos provincias civiles y la consecuente reclamación de Antino, obispo de Tiana, para ocupar la sede metropolitana de la Nueva Capadocia. La disputa resultó desafortunada para San Basilio, no tanto por haberse visto obligado a ceder en la división de su arquidiócesis, como por haberse malquistado con su amigo San Gregorio Nacianceno, a quien Basilio insistía en consagrar obispo de Sasima, un miserable caserío que se hallaba situado sobre terrenos en disputa entre las dos Capadocias. Mientras el santo defendía así a la iglesia de Cesárea de los ataques contra su fe y su jurisdicción, no dejaba de mostrar su celo acostumbrado en el cumplimiento de sus deberes pastorales. Hasta en los días ordinarios predicaba, por la mañana y por la tarde, a asambleas tan numerosas, que él mismo las comparaba con el mar. Sus fieles adquirieron la costumbre de comulgar todos los domingos, miércoles, viernes y sábados. Entre las prácticas que Basilio había observado en sus viajes y que más tarde implantó en su sede, figuraban las reuniones en la iglesia antes del amanecer, para cantar los salmos. Para beneficio de los enfermos pobres, estableció un hospital fuera de los muros de Cesárea, tan grande y bien acondicionado, que San Gregorio Nacianceno lo describe como una ciudad nueva y con grandeza suficiente para ser reconocido como una de las maravillas del mundo. A ese centro de beneficencia llegó a conocérsela con el nombre de Basiliada, y sostuvo su fama durante mucho tiempo después de la muerte de su fundador. A pesar de sus enfermedades crónicas, con frecuencia realizaba visitas a lugares apartados de su residencia episcopal, hasta en remotos sectores de las montañas y, gracias a la constante vigilancia que ejercía sobre su clero y su insistencia en rechazar la ordenación de los candidatos que no fuesen enteramente dignos, hizo de su arquidiócesis un modelo del orden y la disciplina eclesiásticos.

No tuvo tanto éxito en los esfuerzos que realizó en favor de las iglesias que se encontraban fuera de su provincia. La muerte de San Atanasio dejó a Basilio como único paladín de la ortodoxia en el oriente, y éste luchó con ejemplar tenacidad para merecer ese título por medio de constantes esfuerzos para fortalecer y unificar a todos los católicos que, sofocados por la tiranía arriana y descompuestos por los cismas y la disensiones entre sí, parecían estar a punto de extinguirse. Pero las propuestas del santo fueron mal recibidas, y a sus desinteresados esfuerzos se respondió con malos entendimientos, malas interpretaciones y hasta acusaciones de ambición y de herejía. Incluso los llamados que hicieron él y sus amigos al Papa San Dámaso y a los obispos occidentales para que interviniesen en los asuntos del oriente y allanasen las dificultades, tropezaron con una casi absoluta indiferencia, debido, según parece, a que ya corrían en Roma las calumnias respecto a su buena fe. “¡Sin duda a causa de mis pecados, escribía San Basilio con un profundo desaliento, parece que estoy condenado al fracaso en todo cuanto emprendo!"”

Sin embargo, el alivio no había de tardar, desde un sector absolutamente inesperado. El 9 de agosto de 378, el emperador Valente recibió heridas mortales en la batalla de Adrianópolis y, con el ascenso al trono de su sobrino Graciano, se puso fin al ascendiente del arrianismo en el oriente. Cuando las noticias de estos cambios llegaron a oídos de San Basilio, éste se encontraba en su lecho de muerte, pero de todas maneras le proporcionaron un gran consuelo en sus últimos momentos. Murió el 1º de enero del año 379, a la edad de cuarenta y nueve años, agotado por la austeridad en que había vivido, el trabajo incansable y una penosa enfermedad. Toda Cesárea quedó enlutada y sus habitantes lo lloraron como a un padre y a un protector; los paganos, judíos y cristianos se unieron en el duelo.

San Gregorio Nacianceno, Arzobispo de Constantinopla, en el día del entierro: “Basilio santo, nació entre santos. Basilio pobre vivió pobre entre los pobres. Basilio hijo de mártires, sufrió como un mártir. Basilio predicó siempre con sus labios, y con sus buenos ejemplos y seguirá predicando siempre con sus escritos admirables”.

Setenta y dos años después de su muerte, el Concilio de Calcedonia le rindió homenaje con estas palabras: “El gran Basilio, el ministro de la gracia quien expuso la verdad al mundo entero indudablemente que fue uno de los más elocuentes oradores entre los mejores que la Iglesia haya tenido; sus escritos le han colocado en lugar de privilegio entre sus doctores.






0 Comentarios

    Haz clic aquí para modificar.

    Comentarios

    Author

    La vida de los santos es un modelo a seguir para todos, ya que ellos atravéz de sus vidas entregadas al sacrificio, oración y a la caridad se han distinguido con la gracia de nuestro Señor Jesucristo.

    Archives

    Julio 2016
    Junio 2016
    Mayo 2016
    abril 2016
    Marzo 2016
    Febrero 2016
    Enero 2016
    Diciembre 2015
    Noviembre 2015
    Octubre 2015
    Septiembre 2015
    Agosto 2015
    Julio 2015
    Junio 2015
    Mayo 2015
    abril 2015
    Marzo 2015
    Febrero 2015
    Enero 2015
    Diciembre 2014
    Noviembre 2014
    Octubre 2014
    Septiembre 2014

    Categories

    Todos
    Antonio Y Juan
    Apostol
    Apostol Santiago
    Beato Alvaro E Zamora
    Beato Bartolome Gutierrez
    Beato Jacobo Strepa
    Beato Marcelo Spinola
    Bienaventurada Virgen Maria
    Bto.Elias Del Socorro
    Bto Jacinto Delos Angeles
    Bto Juan Bautista
    Bto. Miguel Agustin Pro
    Btos. Cristobal
    Catedra De San Pedro Apostol
    Conversion De Pablo
    Cristobal
    CSan Cristobal Magallanes
    Demetrio De Tesalónica
    Dionisio De Corinto Santo
    Epifania Del Señor
    Epifania Del Señor
    Fieles Difuntos
    Francisco Caracciolo
    Fray Junipero Serra
    Ines De Bohemia De Praga
    Inés De Montepulciano
    Jacinta Mariscotti
    Juan Bautista
    Juan I Santo
    La Ascensión Del Señor
    La Ascensión Del Señor
    La Epifania Del Señor
    La Inmaculada Concepcion
    La Natividad Del Señor
    La Presentacion De Jesus
    LA SANTISIMA TRINIDA
    Los Santos Inocentes
    Los Siete Santos
    Mártires
    Martirio De Juan Bautista
    Ma.Teresa Kowalska
    MIERCOLES DE CENIZA
    Natividad De La Virgen Maria
    Ntra Sra De La Medalla Milagrosa
    Nuestra Señora De Guadalupe
    Nuestra Señora De Guadalupe
    Nuestra Señora De La Medalla Milagrosa
    Nuestra Señora De La Medalla Milagrosa
    Nuestra Señora De Los Dolores
    Nuestra Señora De Los Dolores
    Nuestra Señora Del Refugio
    Pentecostes
    Presentacion Del Señor
    Presentacion De Nuestra Señora En El Templo
    Primer Domingo De Adviento
    Primeros Martires De La Santa Iglesia Romana
    Profeta Abdias
    Profeta Malaquias
    Sagrada Familia
    San Aaron
    San Abdias
    San Adrian
    San Adriano III
    San Alejandro De Alejandria
    San Alejandro Sauli
    San Alfonso Ma. De Ligorio
    San Alonso Rodriguez
    San Ambrosio De Milan
    San Andres Dong-lang
    San Andres Kim
    San Anselmo De Canterbury
    San Apolinar De Hierapolis
    San Arcadio Martir
    San Arcadio Mauritania
    San Arsenio El Grande
    San Bartolome
    San Basilio Magno
    San Benito Abad
    San Bernabe
    San Bernardo Dr. Dela Iglesia
    San Blas Y San Oscar
    San Bonifacio
    San Bruno
    San Bugumilo De Gniezno
    San Carlos Borromeo
    San Casimiro
    San Casimiro De Polonia
    San Celestino V
    San Cirilo De Jerusalen
    San Claudio Dela Colombiere
    San Conrado
    San Damaso
    San Damaso I
    San Desiderio
    San Dionisio De Alejandria
    San Dionisio De Paris
    San Esteban
    San Esteban El Joven
    San Eulogio De Córdoba
    San Eusebio
    San Eustacio
    San Evaristo
    San Evecio
    San Fabian
    San Felipe Neri
    San Félix De Nola
    San Felix I
    San Fernando III
    San Fidel De Sigmaringen
    San Filogonio De Antioquía
    San Francisco Borja
    San Francisco De Asis
    San Francisco De Borja
    San Francisco De Paula
    San Francisco De Sales
    San Francisco Javier
    San Frumencio
    San Gabriel
    San Gabriel De La Virgen De Los Dolores
    San Germanico Martir
    San Gil O Egidio
    San Godofredo Soissons
    San Gregorio Nacianceno
    San Gregorio Taumaturgo
    San Guillermo De Bourges
    San Heriberto De Colonia
    San Hilario De Arles
    San Hilario De Poitiers
    San Hipolito Y San Ponciano
    San Ignacio DeAntioquia
    San Ignacio De Loyola
    San Jeronimo
    San Jerónimo Emiliani
    San Jerónimo Emiliani
    San Joaquin
    San Josafat
    San Josemaria Escriva
    San Jose Obrero
    San Juan Cansio De Kety
    San Juan Crisostomo
    San Juan Damasceno
    San Juan De Dios
    San Juan Dela Cruz
    San Juan De Mata
    San Juan Diego
    San Juan Eudes
    San Juan Ma.Vianney
    San Juan Nepomuceno
    San Juan Pablo Ll
    San Justino Martir
    San Leonardo Noblac
    San Leon Magno
    San Lorenzo O'Toole
    San Lucas Evangelista
    San Lucio I
    San Ludgero
    San Luis IX
    San Luis Maria Gringnion De Monfort
    San Luis Orione
    San Macario De Jerusalen
    San Marcelo De Tánger
    San Marcelo I
    San Marcelo Martir
    San Maron
    San Martin De Porres
    San Martin De Tours
    San Mateo
    San Matias Apostol
    San Melquiades
    San Miguel
    San Modesto De Traveris
    San Narciso
    San Nereo Y Aquileo
    San Nicolas De Mira
    San Nicolas De Tolentino
    San Norberto
    San Pablo De La Cruz
    San Pablo Miki
    San Panteno De Alejandria
    San Pedro Canisio
    San Pedro Chanel
    San Pedro Claver
    San Pedro De Verona
    San Pedro Y San Pablo
    San Pio
    San Policarpo
    San Prosdocimo
    San Rafael
    San Rafael Guízar Valencia
    San Raimundo De Peñafort
    San Raimundo De Peñafort
    San Ramon Nonato
    San Roberto Belarmino
    San Rodrigo
    San Ruperto Obispo
    San Saturnino
    San Sergio
    San Silvestre I
    San Simon
    San Simon Y Judas
    Santa
    Santa Adelina
    Santa Ana
    Santa Angela De Merici
    Santa Catalina De Alejandria
    Santa Catalina De Siena
    Santa Catalina De Suecia
    Santa Cecilia
    Santa Coleta
    Santa Francisca Javier Cabrini
    Santa Francisca Romana
    Santa Gemma Galgani
    Santa Ines Corderita
    Santa Isabel De Hungría
    Santa Isabel De Hungría
    Santa Lucia
    Santa Lucia Fillipini
    Santa Luisa De Marillac
    Santa Margarita Alacoque
    Santa Margarita De Escocia
    Santa Maria Goretti
    Santa Marta
    Santa Matilde Reina
    Santa Monica
    Santa Pelagia
    Santa Prisca De Roma
    Santa Raquel
    Santa Rita De Casia
    Santas Perpetua Y Felicidad
    Santa Teresa De Jesus
    Santa Ursula
    SANTA VIGILIA PASCUAL
    San Teodosio
    San Teofilo De Anteoquia
    San Timoteo Y San Tito
    Santo
    Santo Asprenato
    Santo Domingo De Guzman
    Santo Domnino
    San Tomas Becket
    S. Antonio Ma.Claret
    Santos
    Santo Sabino De Asis
    Santos Antepasados De Jesus
    Santos Basilio De Constantinopla Y Procopio Decapolita
    Santos Julian Y Basilisa
    Santos Marcelino Y Pedro
    Santos Proto Y Jacinto
    Santos Rogaciano Y Donaciano
    Santos Timoteo Y Tito
    Santo Tomas Apostol
    Santo Tomas Becket
    Santo Tomas De Aquino
    Santo Tomas Moro
    San Valerio Eremita
    San Vicente De Paul
    San Vicente Diacono
    San Vito De Lucania
    San Wenceslao
    Señora De Guadalupe
    S.Jose Ma De Yermo
    Solemnidad De CORPUS CHRISTI
    Ss Cipriano Y Cornelio
    Sta
    Sta Adelaida
    Sta. Eulalia De Merida
    Sta. Maria Crucificada De Rosa
    Sta.Villana De Bottis
    Teresa De Calcuta
    Todos Los Santos
    Virgen Dela Merced
    Virgen Del Perpetuo Socorro
    Virgen Del Pilar
    Virgen Del Rosario
    Virgen Maria
    Virgen Maria De Fatima

    Fuente RSS

Con tecnología de Crea tu propio sitio web único con plantillas personalizables.